Felices las familias...
Felices las familias que se aman con palabras y con hechos, que confían los unos en los otros, que se respetan en las diferencias, que contribuyen a la autoestima del otro, que dialogan... aunque sea difícil, que tratan de vivir en armonía, que ayudan al crecimiento de cada uno, que comparten lágrimas y sonrisas, que desempeñan roles claros y flexibles, que disfrutan de libertad para expresarse, que evitan cualquier forma de maltrato, que protegen a los más vulnerables, que reconocen errores y aprenden de ellos, que ejercitan el perdón y la restauración, que piden ayuda y ayudan a otros, que adquieren recursos en las crisis, que comparten tiempos de diversión, que celebran sus tradiciones y costumbres, que renuevan la esperanza cada día.
Felices las familias que, aún en su imperfección, reconocen que Dios las conduce y disfrutan de su favor y misericordia.