Dia Mundial Para La Prevencion Del Abuso Contra Los Niños, Niñas Y Adolescentes

Los niños y niñas son valiosos, muy valiosos. La ilusión y la imaginación son ingredientes principales en su transcurrir diario: un pedazo de tela puede convertirse en la capa de un superhéroe o la pollera de una princesa, con algunos autitos se puede armar un gran rally mundial, un par de maquillajes y unos tacos permiten verme muy parecida a mamá.

Los niños tienen una gran capacidad de disfrute y el juego no es solo juego, es una herramienta fundamental en la construcción de la identidad. La curiosidad y las ganas de aprender les facilitan ir descubriendo los misterios del mundo con gran asombro. Son activos y enérgicos, pícaros pero también ingenuos.

Los niños creen todo lo que le contamos los adultos, porque somos sus referentes, confían en nosotros y nos admiran. Tienen aun una limpia y maravillosa manera de ver las cosas. Son inocentes y simples en sus razonamientos. Su corazón es sensible y sincero, y cuentan con la valiosa capacidad de ver el mundo desde un lugar no contaminado.

Gracias a nuestros avances como sociedad hoy los niños son “sujetos sociales de derecho”. El surgimiento de la Convención Internacional por los Derechos del Niño establece que la sociedad y el Estado deben brindarle la protección, educación y atención para la satisfacción de sus necesidades básicas para el logro de su bienestar general.

Sin embargo, a la par que se reconocieron sus derechos hoy muchos niños siguen siendo víctimas. Su mundo de juego, ilusión y fantasía muchas veces es opacado por diferentes formas de abuso y maltrato dejando consecuencias en su pequeña historia de vida. Muchos adultos -hombres y mujeres- aun deben luchar con las consecuencias que el abuso dejó: culpa y vergüenza, baja autoestima, dificultades en las relaciones, depresión, ansiedad, fobias, dificultades para disfrutar la vida sexual.

En la actualidad los abusos y la explotación a los niños, niñas y adolescentes son un problema alarmante que no distingue país, raza, cultura o condición social. Las familias religiosas tampoco escapan a esta realidad. Triste, pero cierto.

El abusador tiene las llaves de casa. El abuso infantil puede ser físico, emocional o sexual, y también suele darse combinado. El 85 % de los niños abusados sexualmente lo son dentro del ámbito íntimo del hogar, por parte de familiares o conocidos muy cercanos. Aquí el abusador no necesita usar la fuerza física, ya que emplea la seducción y la confianza que el niño tiene en ellos. Solo el 15% restante es cometido en otros ámbitos.

Hoy tenemos un enorme desafío como iglesia, lideres, docentes, padres, tíos y tías, abuelos y abuelas. Es tiempo de reconocer la magnitud de este problema y actuar en consecuencia, romper el silencio y asumir nuestro rol para hacer realidad el derecho de los niños, niñas y adolescentes a vivir protegidos. Las familias constituyen el primer entorno de defensa contra el abuso, para ello es necesario desarrollar las herramientas necesarias para proteger a nuestros niños:

  • Uno de los principales recursos de prevención es la comunicación con los niños. Escuchemos y compartamos preocupaciones y sentimientos.
  • Enseñemos a los niños sobre el cuidado del cuerpo. Su cuerpo es suyo y nadie tiene derecho a tocarlo.
  • Expliquemos a los niños que pueden decir NO y rechazar la propuesta de un adulto si no les gusta, les da miedo o los hace sentir incómodos.
  • Animemos a los niños a contarle a otro adulto de confianza si alguien los hizo sentir incómodos. SIEMPRE debemos creerles cuando relatan situaciones de abuso.

La mirada puesta en Jesús. Hace muchísimos años atrás Jesús se presentaba como modelo a seguir en el trato hacia los niños. Cuando algunos discutían sobre quién de ellos era el más importante Jesús toma a un niño en sus brazos y enseña que cuando alguien recibe a un niño lo recibe a Él y al Padre (Mc 9:36). Cuando algunos consideraban a los niños como un estorbo, Jesús los vuelve a tomar en sus brazos y los bendice mostrando que el reino de Dios pertenece a los que son como ellos. (Mc 10: 13-16).

Jesús ama a los niños, los abraza, les da un trato cariñoso y amable. Aun frente al abuso cometido la mirada y el abrazo de Jesús restaura, sana, trae libertad y nos acompaña en el proceso de perdón.
“Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro”

Lic. Silvana Paula González. Psicóloga
PROGRAMA CON TRATO - AMABLE

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